Antecedentes

Sobre el solar que ocupaban las antiguas escuelas San Félix de Candás y el edificio anexo de viviendas para docentes, se proyectó construir una edificación de usos polivalentes que pudiera dar servicio a las principales necesidades sociales y culturales del Municipio de Carreño. El Solar, una vez liberado del edificio docente y del edificio de viviendas que lo ocupaban, plantea al proyectista un complejo problema a la hora de implantar la nueva construcción en el terreno como consecuencia de los fuertes desniveles topográficos que existen entre los distintos límites (linderos) del solar.

Así mismo, la implantación de la construcción en un lugar privilegiado y de gran centralidad en la Villa de Candás, y los condicionantes de funcionamiento (interrelación) que imponen las múltiples actividades que alberga el edificio, fueron los principales condicionantes del diseño de la nueva construcción. Las actividades previstas para el edificio han impuesto un programa muy variado y complejo.

Fue necesario combinar usos muy variados, con requerimientos espaciales y funcionales la mayor parte de las veces también muy diferentes entre sí: Despachos, Oficinas, Aulas con diferente capacidad, Salas de Reuniones, Salón de Actividades Múltiples, Sala de Ensayo, Sala de Juegos, Sala de Lectura, Cafetería, Cocina, Aseos, Vestuarios, etc¿, que deben compatibilizarse y superponerse en vertical para quedar independientes las unas de las otras, pero sin renunciar a la posibilidad de que también sea factible una relación controlada entre las mismas.

Todo este conjunto de condicionantes arquitectónicos y funcionales, obligó a crear un esquema que fuera lo más compacto posible, de máximo aprovechamiento de la superficie construida, en la que a lo sumo se ha sido algo más generoso en el dimensionamiento de los espacios de relación y comunicación del edificio, que actúan en todos los casos, tanto normales como excepcionales ( ej. en caso de evacuación del edificio) como válvulas de escape (descompresión) durante la evacuación de las y los ocupantes del edificio.

Las plantas se componen alrededor de una escalera que recorre todo el edificio y está situada en una posición casi central para facilitar la accesibilidad a todas las plantas y liberar los espacios próximos a las fachadas, en lo que se situaran los usos previstos en el programa con la intención de que en todos los casos tengan vistas, luces y ventilación hacia el exterior.

En esta posición central también se sitúan los servicios técnicos y los aseos generales, para facilitar la distribución de los mismos y con la misma finalidad anterior, no restar a otros usos más privilegiados el disfrute de las fachadas.

Un ascensor con una capacidad para 8 personas se une a la escalera para eliminar las barreras arquitectónicas en sus funciones de comunicación con todas las plantas para hacerlas accesibles a cualquier persona, y en especial a aquellas que tuvieran alguna deficiencia física o psíquica.

Los desniveles del terreno, y la fácil accesibilidad y evacuación que demandan algunos espacios funcionales, por sus especiales características de ocupación, obligaron a colocar el Salón de Actos y la Sala de Ensayos en la planta baja, al fondo del solar y contra el terreno, para conseguir de forma casi natural la exigencia de oscurecimiento que reclaman muchas de las actividades que se celebran en estos espacios. Y este condicionante previo, terminó por convertirse a la luz de los resultados más en una ventaja que en un inconveniente para poder sacar del solar el máximo aprovechamiento arquitectónico y urbanístico, una vez que ha sido liberado de las edificaciones que lo ocupaban.

El edificio del Centro Polivalente se ha ideado como una construcción exenta de las propiedades colindantes, al objeto de que todas sus fachadas puedan ser compuestas como principales, y con la capacidad añadida de dar luz, vistas y ventilación a los espacios que encierran. Este planteamiento permite que el edificio pueda ser recorrido perimetralmente y, en consecuencia, tener la posibilidad, aprovechada, de que todas las plantas puedan disfrutar al menos de dos accesos (y también vías de evacuación) desde el exterior.