Crecimiento económico

Pleito de los Delfines

En los siglos posteriores la villa de Candás continuará con su especialización pesquera, y se intensifican las relaciones comerciales marítimas. La pesca de la ballena ocupa a buena parte de los marineros candasinos y en una de las múltiples incursiones a los mares de Irlanda tiene lugar el hallazgo del famoso Cristo de Candás.

Del crecimiento de la villa nos hablan la contratación en esta época (s. XVII) de un maestro de instrucción para niños y niñas y de un cirujano, así como la ampliación del templo parroquial y la construcción de la Casa Consistorial.

Tras años de disputas Carreño se independiza de Avilés y se constituye en concejo autónomo a fines del siglo XVI. En esos tiempos las Juntas de Ayuntamiento de celebraban alternativamente un año en Guimarán y otro en Candás, aunque la primera capital del concejo estuvo en Sebades (Logrezana).

Una anécdota curiosa ocurrida en 1624 es el insólito Pleito de los Delfines que enfrentó a pescadores candasinos con los simpáticos cetáceos. Aquéllos, hartos de que éstos destrozasen sus aparejos de pesca, decidieron entablar un pleito contra ellos. Finalmente, sentenciaron a los delfines a abandonar las costas candasinas y éstos acataron la decisión, desapareciendo. Un monumento, obra del escultor Santarúa, conmemora este sorprendente suceso.

En el siglo XVIII continúan los arreglos y reconstrucciones del puerto, el de mayor tráfico de la costa asturiana y el que facilitaba el precio de la pesca al resto de los puertos del Cantábrico, además hay una gran actividad portuaria de astilleros para la construcción y reparación de barcos. En este siglo se fundan las cofradías de pescadores de Nuestra Señora del Carmen y las Ánimas del Purgatorio. Se hacen nuevos arreglos en el puerto y se instalan los cañones en el promontorio de San Antonio para la defensa de la villa. Es en este momento cuando todas las funciones administrativas se centralizan en las casas consistoriales de Candás.